viernes, 20 de febrero de 2015

El manto de la Pasión o "De los dragones".



El 3 de abril de 1921 el hermano mayor Agustín Marín Carrillo de Albornoz propone la realización de una peana de plata, andas del mismo metal y nuevo manto para la Santísima Virgen que, anunció, sería bordado por las religiosas servitas del hospital. La idea y la necesidad estaba lanzada, anticipándose al nuevo periodo de esplendor que vivirá la Semana Santa de Córdoba. También influiría la necesidad que tenía la hermandad de poseer por fin un manto propio y no depender del capricho del capellán de turno. Inmediatamente se constituye una junta encargada de la provisión de fondos necesarios para la ejecución de estos proyectos que inmediatamente cuentan con el respaldo del recién llegado prelado Adolfo Pérez Muñoz.
En julio de este año se presenta en junta de gobierno un proyecto de boceto del manto que es dictaminado por una comisión de expertos aunque imaginamos que la conclusión no sería positiva ya que a los diez días la junta general de hermanos aprueba la convocatoria de un concurso para elegir el dibujo definitivo. Las bases especificaban que el estilo debe ser al más puro renacimiento español ocupando la mayor parte del manto y teniendo intercaladas alegorías de la Santísima Virgen o de la Pasión. Además, sus dimensiones deben ser de 4,50 metros de largo por 3,60 de ancho. Concurrieron a este concurso un total de 19 trabajos de toda España y el 28 de agosto de dicho año, ante el notario Francisco Rodríguez Gonzalo, se falla el primer premio que corresponde al dibujo presentado bajo el lema “Sine Labe Concepta” por Ricardo García de Vargas. 



Inmediatamente, inicia el ganador el traslado a escala 1/1 del boceto premiado labor que coincide con el fallecimiento a los 24 años de su esposa Laura Amo víctima, como dijo la prensa, “de los deberes de la maternidad”. Firmado el contrato con la madre Mª Circuncisión de Jesús, las Adoratrices comenzaron el bordado cobrando ocho mil pesetas en concepto de mano de obra.




En 1923 se suspende la procesión del Domingo de Ramos y se sale sólo el Viernes Santo para lucir así el nuevo manto de la Pasión o de los Dragones que en número de cuatro tiene bordados. La recaudación concluye arrojando la cifra de 19.057,49 pesetas. Fueron las hermanas servitas quienes se encargaron de completar el dibujo inicial bordando la zona que rodea la espina central del manto. Esta comunidad religiosa renunció a cualquier tipo de haberes. 




 

viernes, 6 de febrero de 2015

El manto de Alburquerque, 1864.



En 1864, la hermandad de los Dolores, coincidiendo con el inicio del mandato como hermano prior del médico Arcadio García Cardoso, quien a la vez era hermano mayor de la cofradía del Arcángel San Rafael, comienza un periodo de esplendor. El nuevo responsable de la corporación servita se encuentra a la misma en un delicado estado económico aunque la adopción de una serie de medidas logra con rapidez sanear las arcas. Así, una vez recuperada la estabilidad presupuestaria, decide abrir una suscripción pública para costear un nuevo manto a la Virgen. La recaudación ascendió a 4.061 reales con 39 céntimos sin esperar la hermandad que a última hora el obispo, don Juan Alfonso de Alburquerque, anunciase que el manto lo donaba a sus expensas, tal y como reza en su acta de donación:

"Con grave pena observamos a nuestro advenimiento a la Diócesis que la Santa imagen de María Santísima de los Dolores, que se venera en la iglesia de ese nuestro hospital, y a la cual toda esta Ciudad profesa una especial y constante devoción, no tenía un vestido decente como se requería para el solemne septenario que todos los años se le consagra y para la procesión del santo entierro que se verifica en la tarde del Viernes Santo; y desde luego tuvimos el pensamiento de que se hiciere uno a nuestras expensas cuanto antes nos fuera posible. Realizados nuestros deseos, hemos podido ofrecer este pequeño objeto a María Santísima, y para que el septenario de este año se haya adornado la Santa imagen con el nuevo vestido, compuesto de jubón, saya y manto de exquisito terciopelo con rico bordado de oro, y forrado de tela de seda correspondiente, y asimismo hemos  dispuesto se construya un cajón con las condiciones convenientes para su mejor conservación, el cual se ha colocado en una pieza proporcionada dentro de la clausura de las hermanas Servitas de ese hospital, quienes queremos sean las encargadas únicas de custodiarlo y de vestir cuando sea necesario a la Santa Ymagen como sus verdaderas Camareras. Y con el fin de que en lo sucesivo se eviten dudas y cuestiones, advertimos que en ningún tiempo ni con pretexto alguno sea de permitir pase dicho vestido al cuidado de otra persona o corporación, sean las que fueren, sino que siempre ha de permanecer a cargo de las hermanas servitas como hemos determinado; y en el caso triste, que Dios no lo permita, de extinguirse este hospital, o de suprimirse la comunidad de hermanas servitas, el Director de la Casa que haya entonces pondrá a disposición de nuestro Sucesor que la sazón fuere el cajón con el vestido, para que ordene lo que a bien tenga.

Todo lo dicho hemos querido comunicar a V. para su conocimiento y el de la comunidad de hermanas servitas, y que sepan cual es nuestra voluntad acerca del particular de que trata este escrito, el cual mandamos se conserve cuidadosamente en el archivo de ese establecimiento, para que siempre conste lo que dejamos ordenado.

Dios guarde a V. muchos años. Córdoba 15 de Abril de 1864.
Juan Alfonso, Obispo de Córdoba (Rubricado).


Sr. D. Rafael Lovera, Presbítero, Director, y Administrador de nuestro hospital de pobres enfermos impedidos de S. Jacinto y nuestra Señora de los Dolores de esta Ciudad."

Ante este hecho, y para no perder dicha cantidad, se aprueba destinar estos fondos a la realización de una diadema y un corazón con siete puñales en plata dorada a fuego con pedrería de cristal a los que hubo que añadir 561 reales con 42 céntimos. 


Pero este manto realizado en terciopelo de Lyon, tachonado de estrellas con una greca vegetal decorada con atributos pasionistas y rosas de pasión, era el primer manto largo que tuvo la Virgen de los Dolores. La razón de ampliar sus dimensiones estaba en que precisamente en este año de 1865 estrenó la hermandad un paso que sustituía a la dieciochesca parihuela.

Aunque estrenado en el septenario doloroso de la cuaresma de 1864 es en este año de 1865 cuando el manto de las Estrellas o de Alburquerque releva procesionalmente al conocido como de las Conchas y del que nos queda el testimonio de la litografía de bachiller y una fotografía de los años veinte realizada por Parra. Como es una circunstancia que veremos se repite casi como costumbre en esta hermandad, el primer Viernes Santo que la Virgen procesionó con este manto la lluvia hizo su aparición.