Segunda Parte: Concesión de Roma y fundación de la Hermandad de Ntra. Sra. De los Dolores.
“[…] Nos pedisteis
facultad de erigir una Confraternidad con el título de los Siete Dolores de
María Santíssima en la Yglesia de San Jazinto hospital de los incurables del
Obispado de Córdoua en la mesma Ciudad y de fundar Capilla y Altar con las
gracias y favores oportunos. Por tanto, nos inclinamos a vuestras peticiones,
por la Autoridad Apostólica a nosotros concedida, por el tenor de las presentes
damos licencia y facultad a Don Juan Salvador Amo de fundar (con el
consentimiento del Ordinario) la dicha Confraternidad en la superdicha Yglesia
con la participación de todas las Yndulgencias concedidas por la Santa Sede
Apostólica”.
La concesión del general de los Siervos de la Virgen María
está supeditada a la autorización del prelado de la diócesis que se extenderá
en 26 de marzo de 1707 por el provisor del obispado a favor del capellán del
hospital de San Jacinto, el licenciado Juan Salvador Amo. La congregación de Nuestra
Señora de los Dolores se funda el 21 de Octubre del citado año.
El nacimiento de una hermandad rosariana bajo el título de
Nuestra Señora de los Dolores en el establecimiento asistencial de San Jacinto
en febrero de 1717 constituye un factor determinante en la intensa propagación
de la devoción a la mencionada advocación mariana pasionista. El 14 de febrero
de 1717 se nombra la junta de gobierno de la hermandad, presidida por el
hermano mayor Salvador de Vega Martín. Al mismo tiempo sus miembros acuerdan
celebrar distintos actos de culto a lo largo del año. Entre ellos cabe destacar
un septenario en honor de la titular en cuaresma. Durante seis domingos de
cuaresma los hermanos de la cofradía sacan el rosario público por las calles y
se dirigen a sendas iglesias de la ciudad, mientras que el último tiene lugar
el Viernes de Dolores. También hay que resaltar la procesión del Domingo de
Ramos de 1719, que ofrece como novedad que sale por vez primera la actual
imagen de Nuestra Señora de los Dolores y cuenta con la presencia de una
elevada cifra de hermandades rosarianas y devotos:
“El siguiente año de
1719 se zelebró en la quaresma el Septenario de los Dolores de María con la
mayor devoción y culto que fue posible, discurriendo en él a diferentes
Yglesias parrochiales de esta Ciudad, asistiendo en todas inumerables personas,
especialmente en la Procesión Gneral que se hizo el Domingo de Ramos a la
Parrochial de San Pedro, en la que asistieron veinte y quatro hermandades del
Santísimo Rosario, numerossísimas de hermanos, pobladas sus manos de
candidíssimas antorchas que ardían en obsequio de María Dolorosa, representada
en su devotísima quanto Angustiaa Ymagen que este año nueva costeó su Venerable
hermandad, siendo la concurrencia de luces que asistió en esta tan Solemne
Procesión, tan grande que pasarían de ochocientas”.